¿Qué es la sombra?
Aquella parte de
nuestra personalidad que no aceptamos; aquella de la que nos avergonzamos, la
que reprimimos. Nuestra sombra es la persona que no queremos ser y que, en
parte, somos.
¿Cómo se crea?
En algún momento de
nuestra vida nos dijeron que determinadas conductas o formas de pensar eran
“malas”. Entonces, tomemos estos episodios como referencia en la que
compararnos, tornando sombra aquello que con ellos encajaba.
Todo es relativo, no
hay realidad absoluta; etiquetamos esta como sombra o luz atendiendo al modelo
aprendido.
¿Cómo nos afecta?
Nuestras conductas y pensamientos indeseables, por más
que los intentemos arrinconar y contener, volverán a brotar y controlarnos sin
remedio. La energía que invertimos en que estos no nos afecten nos agota, nos
provoca un sobreesfuerzo que hemos de pagar con la enfermedad e infelicidad.
¿Qué podemos hacer?
En primer lugar,
hemos de observar en profundidad. Debemos adentrarnos en nuestra sombra en
busca de su comprensión; averiguar cuándo, cómo y para qué la creemos. Si esto
se logra, lo demás llegará de forma natural; la abrazaremos, la aceptaremos,
nos perdonaremos y la integraremos en nuestra vida.
El resultado será
una transmutación en lo que realmente es, una parte más de nosotros. Un pedazo
que oscurecimos en un momento en el que nuestro joven organismo necesitaba comprender, defenderse, sobrevivir…
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