martes, 30 de junio de 2015

FLEXIBILIDAD PSICOLÓGICA.

Una de las principales características de las terapias psicológicas conocidas como contextuales o de tercera generación es su diferencia, respecto a las anteriores, en los objetivos terapéuticos perseguidos. Así, mientras que la psicología cognitivo-conductual y la mayor parte de las escuelas psicoterapéuticas centran su trabajo en eliminar aquello que tiene mal la persona, acabar con los síntomas, estas se centran en cambiar la relación del paciente con estos.

Entre esta familia de terapias, la Terapia De Aceptación Y Compromiso (ACT) se marca un objetivo muy concreto; aumentar la flexibilidad psicológica del paciente. Esta, formulada por Hayes, Strosahl y  Wilson  (2014) como un modelo que permite entender la manera en la que el ser humano puede adaptarse a las diferentes circunstancias a las que se enfrenta, ofrece una visión diferente de lo que el psicólogo puede ofrecer al paciente y de lo que este último puede obtener cuando asiste a  terapia: mejorar la capacidad vivir de forma significativa y satisfactoria y no tanto  paliar o suprimir algún malestar existente.

De manera más concreta, el modelo de flexibilidad cognitiva, describe  un conjunto de procesos psicológicos que funcionan como dimensiones; donde, un nivel óptimo de estos conducirá a la buena capacidad de adaptación o flexibilidad y, una baja presencia, rigidez o escasez de esta.  Los procesos implicados son seis, motivo que le ha llevado a ser también conocido como modelo “hexaflex”, exponiéndose muy brevemente a continuación:
  • Defusión o capacidad de observar los pensamientos con distancia, sin actuar ante estos como si fuesen realidades  y, siguiendo a  Westrud (2014), sí como procesos conductuales.  
  • Aceptación,  entendida como estar dispuesto  a tener pensamientos,  emociones y sensaciones físicas aunque estas sean desagradables.
  • Consciencia del momento presente.
  • Contacto con el yo como contexto.  Un yo que experimenta pensamientos, emociones y sensaciones, diferenciándolo de estas experiencias mismas.
  • Clarificación de valores o capacidad de identificar como querer estar en el mundo.
  • Acción comprometida o ser capaz de tomar decisiones en línea con los valores identificados.

Los seis señalados, vistos de una manera más global, pueden agruparse en dos: que los pacientes acepten los sentimientos y sentimientos desagradables que no pueden controlar y que, a la vez, se comprometan a actuar en dirección a una vida que realmente valoran. (Eifert, G. y Forsyth, J. 2005). 

  • Eifert, G. y Forsyth, J. (2005).  Acceptance & Commitment Therapy For Anxiety Disorders. A Practitioner’s Treatment Guide To Using Mindfulness, Acceptance, And Values-Based Behavior Change Strategies. Oakland, CA. New Harbinger.
  • Hayes, S. Strosahl, K Y Wilson, K. (2014). Terapia De Aceptación Y Compromiso. Proceso Y Práctica Del Cambio Consciente (Mindfulness). Bilbao. Desclée De Brouwer.
  • Westrup, D. (2014). Advanced Acceptance & Commitment Therapy. The Experienced Practitioner’s Guide To Optimizing Delivery. Oakland, CA. New Harbinger.