lunes, 17 de diciembre de 2012

Comentario a partir de fragmento de publicación. Formas De Entender La Aceptación.


El artículo al que hace referencia este enlace expone una interesante comparación entre técnicas destinadas a la supresión de pensamientos intrusos. Para ello, las clasifica en dos categorías; cognitivo-conductuales tradicionales, por un lado, y basadas en la aceptación y mindfulness, por otro. El objetivo, dilucidar si existe diferencia en la eficacia entre ambos grupos.
No se busca en este post comentar, refutar o apoyar el contenido del artículo; sino reflexionar sobre una cuestión que apunta en su conclusión.
Otro tanto cabe decir respecto a la aceptación, pues no es igual un tratamiento que la promueva con metáforas y ejercicios específicamente diseñados y la justifique por los objetivos vitales, que ofrecer a los participantes únicamente unas indicaciones para "aceptar" "no hacer nada" ante los pensamientos que les sobrevengan.

El autor aquí realiza una distinción de “aceptar” muy significativa.
La señalada en último lugar,  “no hacer nada” ante los pensamientos que sobrevengan, posee cierta similitud respecto a las técnicas cognitivas tradicionales con las que se compara; centradas en eliminar, modificar o disminuir  los pensamientos indeseados. Esta se basa en observar sin reaccionar; en inhibir las respuestas inmediatas creadas por el pensamiento, crear un espacio, responder de una manera adaptada y permitir que estos se diluyan por sí solos. La máxima es lograr la ecuanimidad.
En ambas se debe invertir una gran cantidad de energía para “luchar” contra  los síntomas del problema; en un caso los pensamientos, en otro la reacción a estos.
La otra manera de aceptar, tratamiento que la promueva con metáforas y ejercicios específicamente diseñados y la justifique por los objetivos vitales, señala a aquellas técnicas que se basan en las experiencias de autoconocimiento. Aquí, el trabajo irá encaminado a explorar, entender y aceptar aquellos elementos de la persona que están en la base del problema, ocultos bajo las apariencias: sombras, recuerdos traumáticos, duelos no resueltos, etc. Los pensamientos intrusos y reacciones son vehículos que ayudan a profundizar; la causa es la que ha de aceptarse. No se trata solo de cambiar o eliminar;  sino “dejar ser” algo esencial que estaba inhibido, bloqueado.

lunes, 10 de diciembre de 2012

LO TRANSPERSONAL


El desarrollo de cualquier ser humano persigue una meta, convertirse en persona. Desde sus inicios, donde el yo está dominado por las emociones básicas, hasta la certeza intelectual de que se es un cuerpo con una mente que reflexiona sobre el mundo y sobre él mismo. Llegando, incluso, a entender las múltiples relaciones que rigen su realidad; alcanzando emociones complejas de hermandad, cooperación y , a la vez, de individualidad y responsabilidad.
 
Una vez persona ¿finaliza la carrera? ¿Culmina realmente el desarrollo? La respuesta es negativa; tras alcanzarse el objetivo, cabe ir más allá. Se puede alcanzar lo que hay detrás de la tupida red del mundo que ya se llegó a comprender. Es posible “percibir”,  con otros sentidos, lo que hay tras el velo de las formas; entender lo que hay más allá de la persona,  lo transpersonal.


viernes, 30 de noviembre de 2012

SOMBRA


¿Qué es la sombra?
Aquella parte de nuestra personalidad que no aceptamos; aquella de la que nos avergonzamos, la que reprimimos. Nuestra sombra es la persona que no queremos ser y que, en parte, somos.
¿Cómo se crea?
En algún momento de nuestra vida nos dijeron que determinadas conductas o formas de pensar eran “malas”. Entonces, tomemos estos episodios como referencia en la que compararnos, tornando sombra aquello que con ellos encajaba.
Todo es relativo, no hay realidad absoluta; etiquetamos esta como sombra o luz atendiendo al modelo aprendido. 
¿Cómo nos afecta?
Nuestras  conductas y pensamientos indeseables, por más que los intentemos arrinconar y contener, volverán a brotar y controlarnos sin remedio. La energía que invertimos en que estos no nos afecten nos agota, nos provoca un sobreesfuerzo que hemos de pagar con la enfermedad e infelicidad.
¿Qué podemos hacer?
En primer lugar, hemos de observar en profundidad. Debemos adentrarnos en nuestra sombra en busca de su comprensión; averiguar cuándo, cómo y para qué la creemos. Si esto se logra, lo demás llegará de forma natural; la abrazaremos, la aceptaremos, nos perdonaremos y la integraremos en nuestra vida.
El resultado será una transmutación en lo que realmente es, una parte más de nosotros. Un pedazo que oscurecimos en un momento en el que nuestro joven organismo necesitaba  comprender, defenderse, sobrevivir…