jueves, 8 de noviembre de 2012

Duelo Y Pérdidas.





La pérdida de alguien o algo querido, el vació que provoca en nuestras vidas, crea dolor. El proceso que se inicia en ese momento es de enorme tristeza, desesperanza, culpabilidad,  culpabilización a otros, pensamientos molestos recurrentes, etc. 

El llamado duelo es inherente al proceso de vivir. En su inicio, lo que creemos inmodificable, permanente y eterno; de pronto se va y no nos deja opción que lo pueda retener. Entonces comienza la asimilación, la progresiva aceptación de una realidad tan incuestionable que no queda más remedio que rendirse ante ella. Esa es una opción, la otra, dolor por la pérdida y por negar el propio dolor.




Aceptar no es no tener dolor, es tener mucho dolor; pero no es sufrir, además, por no querer sufrirlo.

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