lunes, 28 de enero de 2013

PERDÓN



“Hoy es un buen día, me siento bien. Aún recuerdo este fin de semana, como disfruté; familia, amigos,…” Una llamada, un comentario y todo se transforma. “No lo soporto, si va el no voy yo, estúpido, no quiero verlo,...”
Rencor e ira: sentimientos que nos atan a momentos y personas. Estancamiento de nuestra capacidad de vivir en paz, deseo enquistado de que algo sea diferente a como es.
“Somos como somos y es mejor olvidarlo. No pasa nada, a mirar hacia adelante y aprender de los errores. Todos intentamos hacer las cosas  lo mejor posible, pero a veces nos equivocamos; nadie es perfecto.”
Perdón: recuperación de nuestro poder de avanzar, de dejar atrás y seguir. Reconocimiento de  que  las cosas están bien como son, de que no hay ganador o perdedor, de no haber razón mejor que otra.
“Por supuesto que lo perdono. Antes no podía pedirlo y ahora no puedo seguir adelante sin hacerlo.”
“…no sé, es algo me sale de corazón. Lo probé, sentí su fuerza, me miré a mí mismo y comencé a entender porqué nos cuesta tanto. A la vez, descubrí que eso mimo era lo que hacía que fuese tan placentero.”
“Ahora, cada vez que me sorprendo invadido por la rabia y los reproches actúo de la misma manera: me observo, localizo la parte de mí que soporta el rencor y la escucho. Tras esto, todo surge de manera natural, a la vez que yo mismo me perdono lo ofrezco  o solicito a los demás.”
“Cuando ya no es necesario mantener la ira, llega la hora de que las máscaras dejen la pelea, decidan si es posible caminar juntas o por separado y actúen en consecuencia; pero también es el momento de de que las almas se comprendan, reconozcan la imperfección del hombre y su pura hermandad.”
Perdón: amor profundo que surge más allá de la razón, baño en el fluir de la vida, celebración de lo que somos. Abrazo de almas, respeto de personas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario