La
mayor parte nuestro tiempo la ocupamos pensando. Salvo pequeños espacios en los que,
por lo novedoso o complicado de
determinada tarea necesitamos de de toda nuestra atención, esto suele ser así.
Se puede decir que vivimos en nuestro pensamiento.
La
Atención Plena es la capacidad para observar el pensamiento y el resto de
cosas que ocurren a nuestro alrededor; para vislumbrar aquello que, precisamente por vivir de esta manera,
pasa desapercibido.
Se
trata pues, de un tipo de atención que ofrece una perspectiva más amplia de
nuestra existencia; que permite observar el flujo real de esta, “El Juego De La
Vida”.
Esta
puede proporcionarte la comprensión de lo que ocurre más allá de tus juicios,
el entendimiento de tu papel real; la aceptación de lo que puedes hacer y lo
que, simplemente, debes dejar ser.
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